Teorías durante el almuerzo
Carla y yo nos sentamos en nuestro restaurante favorito y analizamos las misteriosas visitas como si estuviéramos resolviendo un puzzle. “Oye, a lo mejor era un amigo de la infancia”, sugirió Carla mientras mordisqueaba su bocadillo. Sus teorías se volvían más descabelladas cada día, y cada vez que nos veíamos surgía una nueva aventura. Nos reíamos de algunas de las ideas más locas, pero seguía existiendo la esperanza de que alguna de ellas fuera cierta y revelara la verdad que buscábamos.

Teorías durante el almuerzo
¿Una antigua conexión?
Reflexioné sobre la idea de Carla: “¿Podría ser de la época militar de mi marido?” La idea parecía plausible, pero el afecto que mostraba este hombre dejaba entrever algo más profundo. Por supuesto, los compañeros del ejército comparten una estrecha camaradería, pero su devoción sugería que había algo más. Cada teoría parecía una pieza del rompecabezas que casi encajaba, pero la imagen global que imaginábamos seguía incompleta. Seguíamos lanzando ideas de un lado a otro, buscando una pista que finalmente aportara claridad.

Una vieja conexión