En busca de detalles pasados por alto
En casa, pasé incontables horas revisando fotos antiguas y cartas amarillentas con la esperanza desesperada de descubrir un detalle pasado por alto. Tenía que haber algo, una pequeña pista que se me había escapado hasta ahora. Mi mesa de comedor estaba cubierta por un mar de recuerdos y esperanzas, con las esquinas de papel arrugadas por los estragos del tiempo. Cada foto, antaño un despreocupado momento de felicidad, parecía cargar ahora con el peso de secretos ocultos. Pero a pesar de todos mis esfuerzos, el hombre seguía siendo un misterio, su conexión inalcanzable.

En busca de detalles pasados por alto
Esperanza y frustración
Era imposible no sentir una mezcla de esperanza y frustración. Por un lado, sentía que estaba a punto de resolver el misterio, pero cada vez que creía haber encontrado una pista, se me escapaba como arena entre los dedos. “Lo resolverás”, me animaba Carla por teléfono. Pero ni siquiera la determinación podía atravesar el impenetrable anonimato que rodeaba sus visitas semanales. Una cosa era cierta: no me rendiría hasta averiguar por qué ocultaba tan obstinadamente su devoción.

Esperanza y frustración