Horas de investigación
Esta semana me lancé a la investigación con un fervor que no había experimentado en años. Mis dedos volaban literalmente sobre el teclado mientras tecleaba todas las palabras clave posibles que pudieran relacionar a este hombre con mi marido. Ninguna fuente estaba fuera de mis límites: bases de datos genealógicas, perfiles de redes sociales… Lo comprobé todo meticulosamente. Pasaron horas y horas mientras rebuscaba en montones de información, pero cada búsqueda parecía alejarme más de una respuesta. Y, sin embargo, no podía evitar la sensación de que la solución a este misterio estaba a mi alcance, de que estaba a punto de comprender su relación con mi marido.

Horas de investigación
Foros y corazonadas
Recorrí foro tras foro, leyendo artículo tras artículo, siempre en busca de pistas. Pero todas las informaciones no llevaban a ninguna parte y me dejaban más confusa que cuando empecé. Sin embargo, mi convicción no hacía más que crecer: las respuestas tenían que estar ahí fuera, en alguna parte. Las reservadas palabras del hombre y sus insistentes visitas se sumaban a un cuadro mucho más complejo de lo que una simple amistad podría explicar.

Foros y presentimientos