Cada semana ponía flores en la tumba de mi marido, pero lo que descubrí me hizo estremecer.

PUBLICADO EN 10/01/2025
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La historia comienza a continuación

Había pasado un año desde que enterré a mi marido, pero el dolor seguía pesando sobre mí como una sombra oscura. Una cosa, sin embargo, siempre destacaba en su tumba: un inmaculado ramo de lirios blancos que permanecía allí todos los domingos sin falta. Nunca había visto quién lo traía, y nadie a quien preguntara podía darme una respuesta. Pero la semana pasada descubrí una nota breve e inquietante entre los tallos: “Te echo de menos. Tal como habíamos planeado” Mi corazón empezó a acelerarse. ¿Qué significaba “como habíamos planeado”? El domingo siguiente llegué temprano y me escondí detrás de un árbol. Lo que vi entonces me heló la sangre.

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La historia comienza al final

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Acechando la tumba de mi marido

El domingo por la mañana temprano me agazapé oculta tras un imponente roble del parque, con el corazón latiéndome como un adolescente al que podrían pillar escabulléndose. Estaba aquí por una razón: Quería averiguar quién había dejado los lirios. El aire fresco de la mañana picaba ligeramente y el suelo estaba húmedo, pero mi curiosidad superaba cualquier incomodidad. Mis ojos permanecían fijos en la puerta del cementerio, esperando que el enigmático visitante apareciera pronto.

Stalking Am Grab Meines Mannes

Al acecho de la tumba de mi marido

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